De calzas, sayas y pellotes.

Un punto importante en UT era el interpretar temas medievales vistiendo a la moda de aquella época, algo que lo diferenciaba de un grupo al uso dedicado al mismo periodo musical. Si bien hoy en día algunas agrupaciones musicales se visten a la manera antigua para ciertos espectáculos y conciertos de música tradicional, mercados medievales, concertistas barrocos, etc... si es verdad que por el año 2002, 2003 no había nada parecido en el panorama musical, por lo menos en España.

Vestirse del siglo XIII para interpretar música del XIII era algo que ya me rondaba la cabeza cuando estaba en Odres, incluso mucho antes de que Ut fuera un retazo o bosquejo de sueño futuro.

Mi hermano Laure, alguien que ha seguido muy de cerca mi trayectoria en el grupo Odres, en varias ocasiones me comentaba de la importancia del hecho visual dentro de un concierto como los que dábamos en Odres. La verdad, es que teníamos bastante éxito, y gustábamos tanto a espertos o educados en la música antigua y medieval como a neófitos. Y lo importante era realmente eso: cómo sonábamos en directo. Pero una ambientación o puesta en escena -como era el vestirnos de medieval- podía hacer que la gente disfrutara el doble y ayudar a poder recrear una atmósfera que se enriquecería con los sonidos. Realmente era ese el próposito de un grupo como Odres en aquel momento -pienso-,el de acercar la música medieval y tradicional a la gente y transmitir unos sentimientos que la propia música portaba consigo e invitar al público a realizar un viaje al pasado. Algo que Odres ya había hecho cuando se dedicaba al repertorio tradicional de la provincia de Madrid. No solo recuperaban unos cantos que se perdían con el paso de los años y el envejecer de unas gentes que vivieron otra época, nuestros abuelos, si no que recuperaban un atuendo y una manera de vestir de la que ya solo los más viejos recordaban.

Pero la idea de cambiar el ir de negro en los conciertos, por unas calzas, una saya encordada o un brial, tocado a la antigua usanza para ellas y cofia de lino para ellos y un pellote con escotaduras estravagantes propias de la moda española del XIII, no llegó a cuajar. Quizás este sería el punto de inflexión, en el que la manera del grupo frente a la mía -de ver y querer hacer la música medieval- estaban tomando caminos diferentes.

Aún así, todo ello, no contribuyó a abandonar el estudio de los trajes ni la posibilidad de hacerlo realidad en un futuro.

Así, desde los primeros esbozos de lo que sería UT, mucho antes de saber cómo se llamaría esta nueva locura musical, contemplamos, Belauzir y yo, la posibilidad de confeccionar unos trajes de aquella época lejana -por el simple placer de hacerlo- ayundándonos de numerosos estudios sobre la vestimenta medieval -en internet hay infinidad de sitios dedicados al traje medieval, si bien la mayoría dedica su espacio al traje europeo-, y a través de la iconografía de las cantigas, donde hay numerosos tipos de trajes, dependiendo del estrato social, y con gran cantidad de detalles convirtiendo las miniaturas de las cantigas en un enciclopedia de traje del siglo XIII sin parangón.

Fruto de nuestras investigaciones cual arqueólogos de la aguja y el dedal, ayuntando de aquí y de allá todo lo había sobre sayas y mantos del siglo XII-XIII, filtrando datos y desechando aquello que era más propio de una invención romanticona del medievo, visitando el Museo de Telas del Monasterio de la Huelgas en Burgos -donde se muestran ejemplos de vestimentas contemporáneas del Rey Sabio provinientes de enterramientos Reales- y poniéndole mucha pasión y divertimento, nacieron tres trajes de alrededor de los siglos XI-XII como punto de partida.

En el dibujo de la derecha: Patrón y corte de saya que diseñé a partir de los muchos patrones diseminados por internet y comparando con las camisas tradicionales que aún llevan el mismo corte. Es curioso como se utiliza un cuadrado para ampliar la sisa -en el sobaco- al igual que éstas que aún confeccionan las mujeres en zonas como Aliste (Zamora), aunque ya solo sean para llevarlas gaiteros y danzantes de grupos tradicionales. La saya encordada propia de la moda española del XIII -en el dibujo de arriba a la izquierda- es algo más complicada en su hechura. tuve la ocasión de observarla y dibujar in situ su corte y sus multiples costuras sobre la conservada en el Museo de Telas de las Huelgas (Burgos), cuando ésta vino en exposición itinerante al Palacio Real de Madrid. Quizás esta prenda, junto con pellotes, bonetes y tabardos, sea lo próximo que, en cuestiones de vestimenta, abordemos, pues nuestra intención es en el futuro ir haciendo aquellos que, trovadores y músicos del siglo XIII, podrían haber llegado a portar.

Ilustran este artículo, fotos de un verano en Moissac dibujando una sandalia de los relieves del pórtico románico de la Iglesia Abacial de Moissac (Francia) que junto con el claustro, forma un conjunto artístico único que estuvo a punto de ser destruido por el paso del ferrocarril; y de Teruel en el 2004 durante las Fiestas de Las Bodas de Los Amantes.

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Enlaces de interés
UT. Proyecto de Recuperación de la Música Medieval

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